Luces de neón parpadeantes. Un público entusiasta. El animado presentador con el pelo relamido hacia atrás y un traje verde espuma de mar. Los jurados con gafas de sol oscuras. Los concursantes que comparten emotivas historias personales antes de entonar sus canciones al micrófono.
Tiene todos los elementos de un típico concurso musical. Pero el ganador de este certamen no obtendrá dinero en efectivo ni un contrato discográfico.
Más bien, los concursantes del programa, Factor M, componen e interpretan canciones en una competición para hacer el jingle oficial de la campaña del partido del presidente Nicolás Maduro, el líder autoritario de Venezuela.
Un tribunal internacional está investigando al gobierno represivo de Maduro —en el poder desde hace más de una década— por crímenes contra la humanidad.
Pero en el país, Maduro ha intentado, en ocasiones, promover un lado más amable, utilizando los medios de comunicación controlados por el Estado para retratar a los integrantes de su gobierno como personalidades afables y divertidas que trabajan duro para salvar a la nación de lo que caracterizan como enemigos imperialistas, a saber, Estados Unidos.
